Si hay gente que conoce de respuestas demagógicas, son los que se dedican al oficio de la política. A mí personalmente, me divierte mucho, ver cómo hábilmente hacen uso de respuestas de bolsillo para salir de aprietos causados por preguntas de periodistas. Y, por supuesto, las colecciono, analizo, transformo, y utilizo, para mi beneficio personal; y ahora que las transcribo a este blog para crecimiento intelectual del que tenga interés por estos temas. En este post les presentaré una respuesta-tipo, con un alto contenido de manipulación y muchas veces de mentira. Sigan adelante, y verán cuál es.
El escenario de análisis, que manejaré para ilustrar cómo funciona la táctica del control de la mayoría, es el siguiente: El vocero de un partido político oficialista de un país X, es entrevistado por un periodista, acerca de los bajos índices de aceptación de sus candidatos. Claro está, el cuestionamiento al que alude el interrogador, proviene del bando opositor. Y, su respuesta es:
"ESAS DECLARACIONES NO VAN A TENER ECO EN LA POBLACION, YA QUE CONTAMOS CON LA SIMPATIA Y APOYO DE LAS MAYORÍAS, QUIENES CONOCEN PERFECTAMENTE NUESTRA TRAYECTORIA, Y NO SE VAN A DEJAR CONFUNDIR TAN FÁCILMENTE".
Se dan cuenta, de la gigantesca manipulación del ardid usado por el político. Permítanme que me ría: ja, ja, ja!. A la final espero que mis lectores se diviertan y disfruten tanto como yo lo hago ahora, al ahondar en las profundidades de la conducta humana.
Porque estamos analizando un caso, donde un partido, realmente va perdiendo, y esa respuesta es la mejor forma de evadir que encontró el político entrevistado frente a su entrevistador (y no hago mención del actor político para que no se pierda la diversión, y porque lo interesante acá es la táctica más no el personaje). Bueno, después de dicho relax argumentativo, entremos en otra categoría de análisis, para desmenuzar más dicha respuesta.
Empecemos por establecer reglas de teorización. Dicha respuesta la vamos a categorizar como una táctica. La idea es, aprender lo que de la misma se desprende, para poder usarla luego en otros escenarios, no necesariamente políticos. En algún momento que tengamos que revertir una desventaja, nos puede servir esta respuesta-táctica.
Esta táctica fundamenta el peso de su argumentación, en aludir a una supuesta simpatía de la que dice gozar un político o grupo político, para autodefinirse como grupo mayoritario. Es probable que esa "supuesta simpatía" no exista, pero, así la plantea el operador político para engañar a los demás. Como el caso del líder vecinal que dice contar con la mayoría, y, en la realidad, es poco conocido por los vecinos, pero que al plantearlo de esa forma, crea una situación "artificial y falsa" de apoyo. El truco está en que nadie sabe eso, porque no todos están en la política, ni todos tienen acceso a encuestas de opinión.
Otro aspecto que maneja el operador político con dicha táctica, es presentar como mayoritario al sector que lo apoya, cuando realmente no lo es. Esta habilidad o ardid, favorece tanto a la propuesta política que quiere implantar, como al grupo que uno intenta presentar como mayoritario y que realmente no lo es. Esto ocurre cuando el escenario está dominado por el miedo, ejercido mediante el uso de ardides amenazantes de las altas esferas del poder gubernamental, lo que hace conducir con cautela a los grupos que se sienten amenazados y son fácilmente engañados por los voceros del gobierno. También puede ocurrir la aplicación de esa táctica, cuando un grupo se muestra apático, desinteresado, apagado, y entonces el otro grupo asume el rol de vocería, que lo hace ver falsamente como la aparente mayoría.
Esta táctica tiene que ver con la tendencia psicológicamente natural de las personas de sentir curiosidad o brindar apoyo, al personaje o grupo que aparezca como centro de la popularidad, siendo tal popularidad inflada por el aparato publicitario, lo que hace ver como mayoritario a ese personaje y al sector que representa.
Por eso al mercadear a una figura o grupo, el empleo de la táctica de las mayorias se convierte en una herramienta muy efectiva.
En la vida cotidiana también aprecias su uso de manera sutil. Tienes el caso del joven que presume ante la chica que corteja, de ser el más popular en su grupo, lo
cual pudiera no ser cierto, y, esta graciosa frase te lo ilustrará: "Todas dicen que soy muy agradable, y se agradan en salir conmigo", ja,ja,ja, no me canso de reír y admirar a quien tiene el coraje de hablar así, porque lo más gracioso es que todos los días sale alguna chica ingenua, que se lo cree. O el empleado, que al referirse ante sus compañeros, respecto a sus empleos anteriores, dice algo como esto: "siempre fui muy apreciado por TODOS mis compañeros, en todos mis empleos anteriores".
El escenario de análisis, que manejaré para ilustrar cómo funciona la táctica del control de la mayoría, es el siguiente: El vocero de un partido político oficialista de un país X, es entrevistado por un periodista, acerca de los bajos índices de aceptación de sus candidatos. Claro está, el cuestionamiento al que alude el interrogador, proviene del bando opositor. Y, su respuesta es:
"ESAS DECLARACIONES NO VAN A TENER ECO EN LA POBLACION, YA QUE CONTAMOS CON LA SIMPATIA Y APOYO DE LAS MAYORÍAS, QUIENES CONOCEN PERFECTAMENTE NUESTRA TRAYECTORIA, Y NO SE VAN A DEJAR CONFUNDIR TAN FÁCILMENTE".
Se dan cuenta, de la gigantesca manipulación del ardid usado por el político. Permítanme que me ría: ja, ja, ja!. A la final espero que mis lectores se diviertan y disfruten tanto como yo lo hago ahora, al ahondar en las profundidades de la conducta humana.
Porque estamos analizando un caso, donde un partido, realmente va perdiendo, y esa respuesta es la mejor forma de evadir que encontró el político entrevistado frente a su entrevistador (y no hago mención del actor político para que no se pierda la diversión, y porque lo interesante acá es la táctica más no el personaje). Bueno, después de dicho relax argumentativo, entremos en otra categoría de análisis, para desmenuzar más dicha respuesta.Empecemos por establecer reglas de teorización. Dicha respuesta la vamos a categorizar como una táctica. La idea es, aprender lo que de la misma se desprende, para poder usarla luego en otros escenarios, no necesariamente políticos. En algún momento que tengamos que revertir una desventaja, nos puede servir esta respuesta-táctica.
Esta táctica fundamenta el peso de su argumentación, en aludir a una supuesta simpatía de la que dice gozar un político o grupo político, para autodefinirse como grupo mayoritario. Es probable que esa "supuesta simpatía" no exista, pero, así la plantea el operador político para engañar a los demás. Como el caso del líder vecinal que dice contar con la mayoría, y, en la realidad, es poco conocido por los vecinos, pero que al plantearlo de esa forma, crea una situación "artificial y falsa" de apoyo. El truco está en que nadie sabe eso, porque no todos están en la política, ni todos tienen acceso a encuestas de opinión.
Otro aspecto que maneja el operador político con dicha táctica, es presentar como mayoritario al sector que lo apoya, cuando realmente no lo es. Esta habilidad o ardid, favorece tanto a la propuesta política que quiere implantar, como al grupo que uno intenta presentar como mayoritario y que realmente no lo es. Esto ocurre cuando el escenario está dominado por el miedo, ejercido mediante el uso de ardides amenazantes de las altas esferas del poder gubernamental, lo que hace conducir con cautela a los grupos que se sienten amenazados y son fácilmente engañados por los voceros del gobierno. También puede ocurrir la aplicación de esa táctica, cuando un grupo se muestra apático, desinteresado, apagado, y entonces el otro grupo asume el rol de vocería, que lo hace ver falsamente como la aparente mayoría.
Esta táctica tiene que ver con la tendencia psicológicamente natural de las personas de sentir curiosidad o brindar apoyo, al personaje o grupo que aparezca como centro de la popularidad, siendo tal popularidad inflada por el aparato publicitario, lo que hace ver como mayoritario a ese personaje y al sector que representa.
Por eso al mercadear a una figura o grupo, el empleo de la táctica de las mayorias se convierte en una herramienta muy efectiva.En la vida cotidiana también aprecias su uso de manera sutil. Tienes el caso del joven que presume ante la chica que corteja, de ser el más popular en su grupo, lo
cual pudiera no ser cierto, y, esta graciosa frase te lo ilustrará: "Todas dicen que soy muy agradable, y se agradan en salir conmigo", ja,ja,ja, no me canso de reír y admirar a quien tiene el coraje de hablar así, porque lo más gracioso es que todos los días sale alguna chica ingenua, que se lo cree. O el empleado, que al referirse ante sus compañeros, respecto a sus empleos anteriores, dice algo como esto: "siempre fui muy apreciado por TODOS mis compañeros, en todos mis empleos anteriores".
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