36. ¡Claro que sí es posible cambiar!.

Conversaba con un lector de enésima respuesta, quien escéptico me decía que consideraba interesantes las publicaciones del blog más no creía tener la capacidad para aplicar estas técnicas y recomendaciones en su vida. De hecho, me comentó: "Quisiera cambiar porque muchas veces me he ganado líos innecesarios, por no tener la respuesta adecuada, pero, ¿será posible ese cambio?, y, ¿cómo sería posible?"; motivando estas inquietudes a la redacción de este post. Agradezco mucho esas observaciones a mis publicaciones, que en este caso van orientadas al escepticismo.
Un punto importante en la reflexión del amigo, es que reconoce que la ausencia de respuestas idóneas propenden a generarnos líos que fueran subsanados con la aplicación de técnicas que orienten sobre respuestas más asertivas o más diplomáticas. Veo importante para resaltar, que lo primero es reconocer que hay un problema y por tanto la necesidad urgente de una solución: el problema son las respuestas inapropiadas; la solución es la psicología y estrategia para no repetir esos errores.
Y, como le comentaba en privado al amigo, todo es asunto de psicología. Es la conducta que asuminos al dar una respuesta o al recibir tanto una pregunta como una respuesta, que pueda implicar la generación de compromisos o responsabilidades de nuestra parte.

Como en toda respuesta está presente la psicología, es a través de ella como nos reeducamos para adquirir ese perfil personal de persona cauta en sus respuestas.

Una vez reconocida la necesidad de contar con respuestas de bolsillo y herramientas de psicología, lo siguiente es el convencimiento de que "el cambio no sólo es posible, sino que es además necesario para mejorar nuestras interrelaciones". Es algo elemental: "creer que es posible", para activar la fe, que cual motor religioso conduzca al individuo a un "nuevo hombre". La religión plantea la posibilidad de crear un nuevo hombre con una nueva forma de pensar, producto de nuestra fe. De hecho, la metafísica, la psicología, y otras disciplinas de la conducta y de la psicología humana, no sólo lo predican, sino que sus preceptos son ahora muy conocidos y muy repetidos, como el caso de la "creencia en la posibilidad del cambio hacia una conducta mejor orientada".
Hacerlo posible significa dedicarse al estudio de toda literatura que te eduque u oriente sobre esas respuestas asertivas, hacia lo cual por cierto se orienta este blog a todo lo largo y ancho de sus temas abordados.
También implica un estudio personal de nuestras reacciones, de nuestras debilidades al responder como de nuestras fortalezas, de cómo nos ven los demás. Esto podría significar la conversación con un amigo que se sincere con nosotros y nos ayude en una objetiva evaluación de nuestra conducta; podrías entregar a ciertos amigos un papelito con la única pregunta: "Descríbeme en una palabra", y allí tendrás insumos muy valiosos para reorientar tu conducta. Por supuesto, también va de por medio una consulta con un experto en Psicología o de la rama de Orientación, que pueda guiarnos con sus salomónicas reflexiones y experiencias clínicas.
En el proceso de reeducación puedes seguir estas sencillas pautas, que no requieren de la ayuda de un experto, sino que sólo exigen algo de tu entusiasmo y disciplina para autosuperarte:
1. Elabora una lista de textos, recortes, y páginas web donde se aborde la temática de la psicología de la respuesta.
2. Has una clasificación de los temas. Si deseas puedes habilitar un blog personal para recopilar los textos de autoayuda.
3. Redacta una lista de tips que en tu opinión sean útiles para mejorar la capacidad de respuesta.
4. Has una autoevaluación de tu persona a la luz inquisitoria y sincera de esos tips que previamente has diseñado.
5. Realiza ejercicios de simulación, Es decir, esos tips aplícaselos a situaciones modelos, derivadas de tus experiencias, o de tramas de películas, o de casos que ves que le ocurren a otros, o a los mismos ejercicios de práctica que te sugieran los textos previamente escogidos.
6. Redacta un conjunto de afirmaciones o decretos que te permitan fijar en tu mente tu decisión inquebrantable de mejorar tu capacidad de respuesta. Modelos de decretos serían estos:
6.1. A partir de hoy, seré más reflexivo y más acertado en las respuestas que aplico al enfrentar una situación, independientemente de la presión a que esté o.
sometido.
6.2. Todas mis amistades y familiares podrán apreciar, valorar y reconocer mis notables cambios de conducta, y mis proyectos y sugerencias tendrán más receptividad.
6.3. Nunca más me permitiré dar una respuesta que comprometa mi aceptación personal ante terceros o que pongan en riesgo mis intereses o ideas.
7. Asume el compromiso personal y muy privado, de aplicar estas recomendaciones y de no caer nuevamente en situaciones donde tus respuestas y actitudes te comprometan.

Esta lista de automejoramiento, puede tener más tips. Considero que los ya enunciados son suficientes en tu tarea de mejorar tu capacidad de respuesta. Con esta lista puedes descargar la información más básica y más sencilla para encauzarte en la diplomacia de las respuestas.

Y sobretodo, espero que estos tips que te hayan convencido que con un poco de esmero personal, ¡Claro que sí es posible cambiar!.