De verdad que para mandatarios autócratas y de esos que padecen la fiebre de reelección indefinida y autoproclamarse Mesías de un país, resulta molesto y preocupante el andar mal en las encuestas verdaderas (aquellas que no son maquilladas para engañar al gobernante y al país). Y desde santeros, brujos, adivinadores y cualquier recurso esotérico les será valioso para mantenerse en el poder. Esa fiebre endemoniada de eternizarse en el poder, los conduce a apelar a recursos que no son nada recomendables para un juego democrático limpio y sano, y me refiero en concreto al uso del cliché de la muerte en el pomposo término del Magnicidio.
La historia por cierto nos evidencia que el fenómeno del magnicidio, además de verídico, es antiquísimo. En Roma ese fue el final de Julio César y en un país como EEUU tan desarrollado y amante de la Democracia, fue la receta que vieron aplicada a sus vidas los ex-presidentes Abraham Lincoln y John Kennedy.
Hay magnicidios cuyo efecto ha sido catastrófico, como el asesinato del archiduque austríaco Franz Ferdinand y a su esposa, Sophie Chotek. El crimen sirve de pretexto para desencadenar la Primera Guerra Mundial, de manera que las consecuencias de un magnicidio pueden ser "impredeciblemente graves".
Como también hay casos históricos de atentados magnicidas que no se lograron concretar; ejemplos serían el plan fallido contra la vida del dictador alemán Adolf Hitler, y más recierntemente, puedo citar el atentado contra la vida del muy amado y ya fallecido Papa Juan Pablo II.
De manera que por tratarse de una herramienta macabra para eliminar a un presidente, no debería ser utilizada a la ligera para "tratar de levantar puntos en las encuestas".
En Venezuela el tema del Magnicidio se ha vuelto tan común en esta última década, que ya podría decirse que forma parte, no de nuestra cultura, sino de nuestro folklore.
Sucede que Hugo Chavez ha repetido hasta el cansancio un presunto plan magnicida, y lo más humorístico del caso, es que en este decenio no lo han inquietado "ni con una pistolita de agua", jajaja, ¡vaya farsante!.Volviendo a la seriedad del asunto, resulta que "ya todos sabemos" que cuando se acerca cualquier evento electoral, tenemos la plana certeza "cual mañana sale el sol" que nuevamente las noticias de TV y prensa serán infectadas por presuntos planes magnicidas.
Lo curioso del caso es que en todos esos años, y pese a tantas y tantas y tantas y tantas denuncias de Magnicidio (ya fastidian con ese burdo cuentecito), ni hay una sóla prueba, ni mucho menos hay un sólo detenido, ¡increíble no les parece!.
Cuando hay algún problema que compromete la credibilidad del gobierno, nos aplican la receta del magnicidio.
Cuando hay algún enredo en las relaciones internacionales, el cerebro macabro vuelve a activar la estrategia del presunto magnicidio.
Cualquier cosa que afecte a la imagen del gobierno o al presidente, será tratada con la terapia del magnicidio; simplemente ¡irresponsables y farsantes!.
Y como siempre termina en puro cuento, ese cuento folklórico se convierte en blanco de la creatividad de los humoristas y caricaturistas; acá un ejemplo muy cómico:
Por supuesto, que la comedia de acusar al expresidente George Bush de dirigir planes magnicidas en su contra, sin pruebas ni culpables, no escapó de la creatividad humorística opositora:
Algunos de los clichés del Magnicidio, serían estos:
"La Oligarquía nacional y extranjera planean matarme"
"Los tentáculos del imperio yanqui están detrás de siniestros planes magnicidas"
Y la situación es la misma: ni pruebas ni pistolitas que arrojen agua al cobarde mandatario que enferma a la nación con tan irresponsables clichés.
Esos clichés están muy sanos, porque algunas veces son aderezados con veneno ideológico, acá un ejemplo clásico y ARCHICONOCIDO y ARCHIREPETIDO a los venezolanos:
"Esa burguesía llena de odio quiere matarme, porque están llenos de odios contra los pobres"
¿Será posible tamaña irresponsabilidad y que la Fiscalía no haga nada ni para desmantelar el supuesto magnicidio ni para callar al cobarde acusador?.
Esos venenosos clichés no son inofensivos a la colectividad, porque conozco más de una familia que se han enojado varios de sus miembros en virtud de discusiones alrededor del "folklore magnicida".
Esa no es la forma seria de hacer política, ni muestra estatura moral e intelectual en quien recurre a tan bajo y siniestro recurso.Lo más serio y responsable es la ejecutaria de investigaciones secretas que den con los supuestos responsables del cuentecito del Magnicidio, y sólo cuando se tengan pruebas y responsables, es cuando se debe hacer pública la acusación de Magnicidio. Sin embargo, con más de 50 denuncias (leer nota acá) de magnicidio formuladas por Chavez en 12 años, aún no se conoce rostro alguno de ningún loco que se atreva a atentar contra su vida.
Un cliché es un excelente recurso para exaltar cualquier persona o circunstancia, y ¿tiene la muerte esas características de exaltación?.
Un cliché es una forma mediadora y pacífica de sembrar en el público ideas y emociones que enrumben acciones de esa colectividad,¿tiene la muerte esas características de liderazgo?.
Un cliché es un recurso para mostrar la grandeza del presidente, ¿tiene la muerte esas características de brillantez intelectual?.
Algo tienen que tener seguro: "La muerte no es el mejor recurso para un cliché político", porque el empleo del cliché de la muerte a lo que conduce es a más muerte.
Un presidente con verdadera preparación intelectual y figura de estadista político, piensa primero en el bienestar emocional y psíquico de la colectividad, y si algo es seguro, es el hecho de que el cliché de la muerte en nada aporta para la tranquilidad espiritual de un pueblo, .....¡y si lo dudan pregúntenlo a cualquier venezolano HASTIADO del cuentecito cobarde del Magnicidio.
Es que los ciudadanos de un país, merecemos la tranquilidad personal, y el cobarde bombardeo mediático de un presidente acobardado y farsante repitiendo con lastimosa bajeza que lo quieren matar, no representa la mejor fórmula para dar tranquilidad a un país.Y ahora la receta la han sofisticado, porque la irresponsabilidad llega al extremo de denunciar presuntos planes magnicidas contra el abanderado opositor (Henrique Capriles, click acá para la noticia), , según lo reseña la prensa nacional, para lo cual sugiero lean este enlace, con la aplicación del mismo modus operandi, es decir sin pruebas ni culpables, y lo MAS BOCHORNOSO, haciendo absoluto mutis porque nadie les hace caso.
Y el cliché mediático del magnicidio ha trascendido las fronteras de venezuela. Con la misma irresponsabilidad (sin presentar prueba alguna) Chavez habla de un PLAN MAGNICIDA contra Evo Morales en Bolivia, y ¿en qué quedó eso?, igual que aquí, ¡en ruido noticioso y angustia a la población!, eso no se justifica.Es que después que montan un show mediático magnicida, logrando ocupar el interés noticioso por varios días, de manera inesperada, ¡hacen mutis!, y cual arte de magia, ya nadie ni habla ni se acuerda del fulano Magnicidio, hasta que se presente otro lío mediático que comprometa la imagen presidencial y se recurra a la terapia Magnicida.
El anterior video You Tube expone la versión más sofisticada del cuento magnicida, y está en la teoría chavista del "cáncer inducido" a presidentes latinoamericanos, que por burda y estúpida, ¡nadie le hizo el menor caso!, y, pasó al olvido y a sumarse al folklore chavista del magnicidio; por supuesto que esa payasada (ya hay quienes hablan de CHAVEZADAS) no escapó del humor criollo, acá la caricatura alusiva:¿Cuál es el punto en concreto?. Para formular acusaciones de complots contra mandatarios regionales, ¡hay que tener pruebas y mostrarlas!, de lo contrario es una falta de seriedad y que puede dar origen a juicios por proferir falsedades,
¿Por qué incluir el magnicidio como enésima respuesta o cliché político?, por la sencilla razón de que se ha vuelto harto repetitivo su empleo, pasando a formar parte de la realidad político-noticiosa nacional, y es muy perjudicial para la sociedad "jugar con el tema de la muerte". De manera que se trata de una realidad política convertida en funesto cliché, que hay que denunciarla como altamente nociva y en contra de los intereses de cualquier país CIVILIZADO, simplemente:
¡Rechacemos la idea del magnicidio, venga de donde venga!
Hablar de magnicidio, lo han vinculado a presuntas invasiones imperiales, o a planes paramilitares, o a cualquier cosa que suena a muerte, y que altera la tranquilidad ciudadana, y esto es IRRESPONSABLE Y COBARDE.
Otra modalidad de cliché magnicida que el chavismo ha logrado poner de moda es este:
"Hay alegría en la burguesía nacional y transnacional por la enfermedad de Chávez".
Y el anterior cliché ha circulado, pese a las precauciones de la prensa opositora nacional y de la prensa extranjera; y la idea es la misma: un burdo cliché para victimizar a un personaje con imagen desgastada por su pésima gestión gubernamental.
Un país no se construye con muerte sino con vida. El mismo régimen chavista, a raíz de la enfermedad de Chavez, cambio el slogan "patria, socialismo y muerte", sustituyendo muerte por la palabra vida, ¿por qué creen uds. que se dió ese cambio?; es que con el tema de la muerte "no se puede estar jugando".La oposición tampoco debe hacer eco al tema del magnicidio, ni vincularse a nada que tenga que ver con tan incivilizada acción. Deben haber voceros responsables y con credibilidad moral, que sean portavoces opositores en contra del magnicidio. Antes que hablar de magnicidios, hay que hablar de justicia, ¿o es que la lección de justicia aplicada en contra de la gestión gubernamental del ex-presidente peruano Alberto Fujimori no nos ha dejado algo útil para imitar?. La justicia tarda, ¡pero llega!.
La verdadera realidad es esta: los venezolanos comunes y corrientes, tanto chavistas como opositores, no comulgamos con el magnicidio, y todos, en general, exigimos más seriedad y más respeto ciudadano en el manejo mediático de tan reprochable cliché, ¿quedó claro?. Queremos justicia y paz. Amén.
¡Irresponsables y cobardes quienes recurren al cuentecito del magnicidio para lavar su desgastada imagen y mal gobierno!
La historia por cierto nos evidencia que el fenómeno del magnicidio, además de verídico, es antiquísimo. En Roma ese fue el final de Julio César y en un país como EEUU tan desarrollado y amante de la Democracia, fue la receta que vieron aplicada a sus vidas los ex-presidentes Abraham Lincoln y John Kennedy.
Hay magnicidios cuyo efecto ha sido catastrófico, como el asesinato del archiduque austríaco Franz Ferdinand y a su esposa, Sophie Chotek. El crimen sirve de pretexto para desencadenar la Primera Guerra Mundial, de manera que las consecuencias de un magnicidio pueden ser "impredeciblemente graves".
Como también hay casos históricos de atentados magnicidas que no se lograron concretar; ejemplos serían el plan fallido contra la vida del dictador alemán Adolf Hitler, y más recierntemente, puedo citar el atentado contra la vida del muy amado y ya fallecido Papa Juan Pablo II.
De manera que por tratarse de una herramienta macabra para eliminar a un presidente, no debería ser utilizada a la ligera para "tratar de levantar puntos en las encuestas".
En Venezuela el tema del Magnicidio se ha vuelto tan común en esta última década, que ya podría decirse que forma parte, no de nuestra cultura, sino de nuestro folklore.
Sucede que Hugo Chavez ha repetido hasta el cansancio un presunto plan magnicida, y lo más humorístico del caso, es que en este decenio no lo han inquietado "ni con una pistolita de agua", jajaja, ¡vaya farsante!.Volviendo a la seriedad del asunto, resulta que "ya todos sabemos" que cuando se acerca cualquier evento electoral, tenemos la plana certeza "cual mañana sale el sol" que nuevamente las noticias de TV y prensa serán infectadas por presuntos planes magnicidas.
Lo curioso del caso es que en todos esos años, y pese a tantas y tantas y tantas y tantas denuncias de Magnicidio (ya fastidian con ese burdo cuentecito), ni hay una sóla prueba, ni mucho menos hay un sólo detenido, ¡increíble no les parece!.
Cuando hay algún problema que compromete la credibilidad del gobierno, nos aplican la receta del magnicidio.
Cuando hay algún enredo en las relaciones internacionales, el cerebro macabro vuelve a activar la estrategia del presunto magnicidio.
Cualquier cosa que afecte a la imagen del gobierno o al presidente, será tratada con la terapia del magnicidio; simplemente ¡irresponsables y farsantes!.
Y como siempre termina en puro cuento, ese cuento folklórico se convierte en blanco de la creatividad de los humoristas y caricaturistas; acá un ejemplo muy cómico:
Por supuesto, que la comedia de acusar al expresidente George Bush de dirigir planes magnicidas en su contra, sin pruebas ni culpables, no escapó de la creatividad humorística opositora:
Algunos de los clichés del Magnicidio, serían estos:
"La Oligarquía nacional y extranjera planean matarme"
"Los tentáculos del imperio yanqui están detrás de siniestros planes magnicidas"
Y la situación es la misma: ni pruebas ni pistolitas que arrojen agua al cobarde mandatario que enferma a la nación con tan irresponsables clichés.
Esos clichés están muy sanos, porque algunas veces son aderezados con veneno ideológico, acá un ejemplo clásico y ARCHICONOCIDO y ARCHIREPETIDO a los venezolanos:
"Esa burguesía llena de odio quiere matarme, porque están llenos de odios contra los pobres"
¿Será posible tamaña irresponsabilidad y que la Fiscalía no haga nada ni para desmantelar el supuesto magnicidio ni para callar al cobarde acusador?.
Esos venenosos clichés no son inofensivos a la colectividad, porque conozco más de una familia que se han enojado varios de sus miembros en virtud de discusiones alrededor del "folklore magnicida".
Esa no es la forma seria de hacer política, ni muestra estatura moral e intelectual en quien recurre a tan bajo y siniestro recurso.Lo más serio y responsable es la ejecutaria de investigaciones secretas que den con los supuestos responsables del cuentecito del Magnicidio, y sólo cuando se tengan pruebas y responsables, es cuando se debe hacer pública la acusación de Magnicidio. Sin embargo, con más de 50 denuncias (leer nota acá) de magnicidio formuladas por Chavez en 12 años, aún no se conoce rostro alguno de ningún loco que se atreva a atentar contra su vida.
Un cliché es un excelente recurso para exaltar cualquier persona o circunstancia, y ¿tiene la muerte esas características de exaltación?.
Un cliché es una forma mediadora y pacífica de sembrar en el público ideas y emociones que enrumben acciones de esa colectividad,¿tiene la muerte esas características de liderazgo?.
Un cliché es un recurso para mostrar la grandeza del presidente, ¿tiene la muerte esas características de brillantez intelectual?.
Algo tienen que tener seguro: "La muerte no es el mejor recurso para un cliché político", porque el empleo del cliché de la muerte a lo que conduce es a más muerte.
Un presidente con verdadera preparación intelectual y figura de estadista político, piensa primero en el bienestar emocional y psíquico de la colectividad, y si algo es seguro, es el hecho de que el cliché de la muerte en nada aporta para la tranquilidad espiritual de un pueblo, .....¡y si lo dudan pregúntenlo a cualquier venezolano HASTIADO del cuentecito cobarde del Magnicidio.
Es que los ciudadanos de un país, merecemos la tranquilidad personal, y el cobarde bombardeo mediático de un presidente acobardado y farsante repitiendo con lastimosa bajeza que lo quieren matar, no representa la mejor fórmula para dar tranquilidad a un país.Y ahora la receta la han sofisticado, porque la irresponsabilidad llega al extremo de denunciar presuntos planes magnicidas contra el abanderado opositor (Henrique Capriles, click acá para la noticia), , según lo reseña la prensa nacional, para lo cual sugiero lean este enlace, con la aplicación del mismo modus operandi, es decir sin pruebas ni culpables, y lo MAS BOCHORNOSO, haciendo absoluto mutis porque nadie les hace caso.
Y el cliché mediático del magnicidio ha trascendido las fronteras de venezuela. Con la misma irresponsabilidad (sin presentar prueba alguna) Chavez habla de un PLAN MAGNICIDA contra Evo Morales en Bolivia, y ¿en qué quedó eso?, igual que aquí, ¡en ruido noticioso y angustia a la población!, eso no se justifica.Es que después que montan un show mediático magnicida, logrando ocupar el interés noticioso por varios días, de manera inesperada, ¡hacen mutis!, y cual arte de magia, ya nadie ni habla ni se acuerda del fulano Magnicidio, hasta que se presente otro lío mediático que comprometa la imagen presidencial y se recurra a la terapia Magnicida.
El anterior video You Tube expone la versión más sofisticada del cuento magnicida, y está en la teoría chavista del "cáncer inducido" a presidentes latinoamericanos, que por burda y estúpida, ¡nadie le hizo el menor caso!, y, pasó al olvido y a sumarse al folklore chavista del magnicidio; por supuesto que esa payasada (ya hay quienes hablan de CHAVEZADAS) no escapó del humor criollo, acá la caricatura alusiva:¿Cuál es el punto en concreto?. Para formular acusaciones de complots contra mandatarios regionales, ¡hay que tener pruebas y mostrarlas!, de lo contrario es una falta de seriedad y que puede dar origen a juicios por proferir falsedades,
¿Por qué incluir el magnicidio como enésima respuesta o cliché político?, por la sencilla razón de que se ha vuelto harto repetitivo su empleo, pasando a formar parte de la realidad político-noticiosa nacional, y es muy perjudicial para la sociedad "jugar con el tema de la muerte". De manera que se trata de una realidad política convertida en funesto cliché, que hay que denunciarla como altamente nociva y en contra de los intereses de cualquier país CIVILIZADO, simplemente:
¡Rechacemos la idea del magnicidio, venga de donde venga!
Hablar de magnicidio, lo han vinculado a presuntas invasiones imperiales, o a planes paramilitares, o a cualquier cosa que suena a muerte, y que altera la tranquilidad ciudadana, y esto es IRRESPONSABLE Y COBARDE.
Otra modalidad de cliché magnicida que el chavismo ha logrado poner de moda es este:
"Hay alegría en la burguesía nacional y transnacional por la enfermedad de Chávez".
Y el anterior cliché ha circulado, pese a las precauciones de la prensa opositora nacional y de la prensa extranjera; y la idea es la misma: un burdo cliché para victimizar a un personaje con imagen desgastada por su pésima gestión gubernamental.
Un país no se construye con muerte sino con vida. El mismo régimen chavista, a raíz de la enfermedad de Chavez, cambio el slogan "patria, socialismo y muerte", sustituyendo muerte por la palabra vida, ¿por qué creen uds. que se dió ese cambio?; es que con el tema de la muerte "no se puede estar jugando".La oposición tampoco debe hacer eco al tema del magnicidio, ni vincularse a nada que tenga que ver con tan incivilizada acción. Deben haber voceros responsables y con credibilidad moral, que sean portavoces opositores en contra del magnicidio. Antes que hablar de magnicidios, hay que hablar de justicia, ¿o es que la lección de justicia aplicada en contra de la gestión gubernamental del ex-presidente peruano Alberto Fujimori no nos ha dejado algo útil para imitar?. La justicia tarda, ¡pero llega!.
La verdadera realidad es esta: los venezolanos comunes y corrientes, tanto chavistas como opositores, no comulgamos con el magnicidio, y todos, en general, exigimos más seriedad y más respeto ciudadano en el manejo mediático de tan reprochable cliché, ¿quedó claro?. Queremos justicia y paz. Amén.
¡Irresponsables y cobardes quienes recurren al cuentecito del magnicidio para lavar su desgastada imagen y mal gobierno!
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