La metafísica también es fuente de muchas enésimas respuestas, porque aporta afirmaciones poderosas para transformar nuestras vidas, empero, algunas de ellas son tan frecuentes, que se pueden considerar clichés metafísicos, algunos de ellos incluso con variantes que tienen amplia difusión, y tal es el caso de "la bienvenida metafísica a este 2016" que se ilustra en la imagen introductoria a este post.
Ciertamente fueron muchísimas las imágenes que circularon en Diciembre, y aún en este Enero, donde la gente publica afirmaciones que manifiestan su deseo de recibir toda "bienaventuranza" a sus vidas, lo cual por cierto además de positivo, ¡trae resultados a quienes lo creen fervientemente!. Observando ustedes el gif anterior, comprueban que quien tiene convicción en esta creencia, incluso personalizan abstractos como el mes de Enero o la bienaventuranza, tal como si fueran realmente una persona a invitar, y repito, tal como esa imagen, circulan muchas en este mes en las redes sociales, dando casi caracter de cliché y por tanto su tratamiento en este blog.
Entonces, son muchas las personas que ponen en práctica la enésima afirmación metafísica que declaran para sí, hacerse receptivas de cualquier expresión de bien para sus vidas, sea amor, salud, trabajo, etcétera. La idea es repetir el cliché "Me hago receptivo a ...." y se mentaliza quien lo decreta a recibir eso que pide para sí. Tal es la fe en esta costumbre o práctica, que suelen muchas personas dar inicio a cada día haciéndose receptivos "al bien del universo" mediante la solicitud verbal del mismo; variante que se observa en los practicantes cristianos que lo manifiestan más concretamente como una bendición de Dios que se recibe cada mañana.
Toda esa fe metafísica, se fundamenta en la creencia de la LEY DE LA ATRACCIÓN y sus efectos en la vida humana, según la cual somos cocreadores de nuestra realidad, y por tanto nuestros pensamientos tienen poder de crear nuestra realidad, afirmando cosas positivas; y, esta temática es por sí misma, asunto de un abordaje aparte que escapa al propósito de las publicaciones de esta blog. Soy asiduo lector de la revista "LA PALABRA DIARIA" la cual por cierto, en sus edificantes publicaciones, hace un uso muy frecuente de la afirmación de la RECEPTIVIDAD DEL BIEN DE DIOS EN NUESTRAS VIDAS, y, muchas personas manifiestan ser receptoras de bendiciones en virtud de centrar su fe en Dios y poniéndola en acción afirmando los decretos de la revista antes citada, lo cual por cierto comparto, y en virtud de ello lo cito en esta publicación, es decir, soy creyente del bien de Dios en nuestras vidas y de su flujo a nosotros a través de la búsqueda de Dios por la oración, o cualquier otro medio, llámese meditación o afirmaciones.
Todos los clichés estudiados en este blog en condición de enésimas respuestas, son, la ejercitación del poder de la palabra mediante su buen uso para un resultado conveniente y favorable, y, si le sumamos el enfoque metafísico o religioso, el resultado es obtener el bien del Universo (según los metafísicos) o de Dios (según los cristianos), pero, en general, lo observo como una sana y beneficiosa creencia, particularmente al inicio de cada año, donde las vibras positivas del año que se inicia, se potencian con estas creencias, no obstante de ser un ejercicio diario que practican muchas personas para tener sus vidas bajo el control del bien espiritual.
Hallamos enésimas respuestas en la política, en el campo laboral, en la vida diaria, y, como se vió en esta publicación, también en la vida espiritual, bien sea de practicantes metafísicos o cristianos. Porque son muchas las personas que aconsejan, corrigen o exhortan a otras personas, invitándolas a cambiar su enfoque de vida, haciendo afirmaciones que los haga receptivos del bien espiritual, y, por tal motivo la inclusión de este tema en este blog, aparte de sugerir la utilidad de considerar la importancia del poder benefactor de la palabra declarada con autoridad espiritual, para la misma persona que la decreta o para otra persona, sea familiar o amigo a quien dirige su decreto.
