Hacer la diferencia

Algunas personas viven su vida, sin adicionarle significado a su existencia, despreocupados de la imagen que dejarán al morir o indiferentes a un posible legado memorable. Pero, hay quienes «hacen la diferencia» con un comportamiento que deja trayectoria, e incluso que marca pautas, y de esta última categoría hablaré en este post.

Cuando se habla de «hacer la diferencia», tal vez, muchos lo asocian a la realización de obras monumentales, pero no es eso necesariamente lo que significa, aún cuando es ubérrima la cantidad de personajes de la historia que encajan en ese perfil.

Si ese fuera el caso, el pincel de la historia estaría reservado solo para unos pocos privilegiados por intelecto o riqueza. Y afortunadamente ese no es el caso, ya que gracias a personas que «hacen la diferencia», se logran desde importantes cambios en la historia, como también recibir apoyo de quien menos esperamos, y que no es precisamente una persona famosa.

En una comunidad, aquella persona que desinteresada y altruístamente siempre está dispuesto a ayudar a sus vecinos, es definitivamente alguien que «hace la diferencia», respecto al resto que nada les importan las circunstancias de los demás, sin pensar que ellos no están exentos de eventualidades críticas. Por cierto, ese modo de vida altruísta lo ejemplifica perfectamente mi madre, (lamentablemente ya fallecida).

Porque una madre abnegada, que sola y con indescriptibles sacrificios saca adelante a sus hijos (como el caso de mi madre), es un modelo excelente para ilustrar a aquellas personas que «hacen la diferencia», y por tanto dejan un «legado» 🏹 imperecedero.

Cuando me decido a plasmar en reflexiones este tema, lo hago en la convicción de que todos podemos ser del tipo de personas que «hacen la diferencia». En mi caso particular, lo asumo y disfruto con cada artículo que escribo en cualquiera de mis blogs, y es el modo como concibo la diversión y satisfacción personal.

Porque en una batalla célebre, se le suele dar todo el crédito al general que planificó la estrategia, pero pocos piensan en aquellos valerosos soldados anónimos, cuya valentía (incluso a costa de su vida) permitió colmar de laureles al ilustre general.

Detrás de un genio de la Ciencias o de las Artes, hay padres que se esforzaron por su educación, hay tutores que le adicionaron sabios consejos a su talento, hay el amigo que le convenció de sus capacidades para sobresalir, hay esposas que dan apoyo y consuelo, ... y este tipo de personas (desinteresadas, abnegadas, altruístas) también «hacen la diferencia».

Podemos «hacer la diferencia» siendo la «mejor versión» 🏹 de esa personalidad constituída por una genética fabulosa, que quizá permanece dormida hasta que las circunstancias apremian o las oportunidades se nos presentan.

¿Por qué hacer la diferencia lo presento como un cliché o enésima respuesta? Porque hay condiciones y circunstancias que nos advierten de su uso; acá algunos ejemplos:

• 🔰 El entrenador que instantes previos al inicio del partido decisivo, arenga a su equipo con el cliché expuesto en los siguientes términos: "ustedes «hacen la diferencia» al ofrendar en el campo de juego, lo mejor de su preparación y entrenamiento", lo cual incluso, es lo que espera la fanaticada de ellos.
• 🔰 El joven que pese a dificultades económicas muy atenuantes, se sobrepone y hace la diferencia, porque consigue graduarse solventando limitaciones que van desde hambre, malas noches y recursos limitados. Esa categoría de estudiantes son precisamente recordados, porque hicieron la diferencia respecto a sus compañeros por la actitud que los impulsó.
• 🔰 Precisamente son los genios famosos el mejor ejemplo, porque pese a muchos intentos fallidos (como Tomás Edison) o que tuvieron que vencer paradigmas tradicionales limitantes opuestos a sus ideas visionarias (Walt Disney), logran promover cambios .

Tal como decía en párrafos anteriores, hay personas común y corrientes, pero que «hacen la diferencia» con sus actos. La persona que sacrifica la comodidad de un domingo, por visitar enfermos o presos. Hay quienes se dedican a rescatar animales abandonados, les brindan cuidados amorosos y luego les ubican hogares adoptivos. El taxista que siempre está dispuesto a brindar auxilio (el caso de mi hermano Omar Paz 🏹) a algún compañero cuyo vehículo está averiado, mientras los demás se "hacen de la vista gorda".

Los anteriores ejemplos no parecen ser del tipo de actos que amerite una medalla presidencial, o una estatua conmemorativa en una plaza pública. Pero son sin duda, del tipo de comportamientos, cargados de altruísmo desinteresado, que hace mucho bien (silencioso) en una comunidad; a diferencia de personeros públicos que hacen propaganda haciendo presencia en catástrofes y contratando periodistas que lo reporten, pero es más por «falsa empatía» 🏹 que por acto de humanidad.

Es indiscutible que un afamado predicador, que logra la conversión de cientos de almas al evangelio, es un personaje que «hace la diferencia»; pero no tiene menor mérito, quien se sube a un autobús a predicar el evangelio, o aquellos que hacen evangelización casa por casa, o predicar el evangelio en «publicaciones blogueras» 🏹 lo cual sin tener el renombre del gran predicador, igualmente logra el propósito de la conversión de muchos inconversos. A esto hago referencia cuando hablo de «hacer la diferencia».

Retomando: ¿por qué enésima respuesta? quiero agregar más ejemplos para reforzar mi planteamiento del funcionamiento cognitivo de «hacer la diferencia»:

• 🔰 Está el caso del Director de una empresa que para insuflar motivación entre sus empleados dice: esta empresa está llamada a «hacer la diferencia» y eso depende de ustedes.
• 🔰 El padre que instruye a su hijo a «hacer la diferencia» queriendo significar que ese hijo cortará la racha de pobreza de la familia.

Esos ejemplos refuerzan todo lo expuesto, en el sentido que cuando el cliché «hacer la diferencia» se usa como mensaje de apalancamiento de la motivación, va a surtir un efecto de compromiso y de impulso en aquellos que se hacen receptores de ese mensaje, incluso, pueden ir en contrasentido de la mayoría, para lograr cambios necesarios (como el caso de Martin Luther King).

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