El protocolo en las comunicaciones humanas aprendí a valorarlo en los consejos maternos y en las tramas magistrales de antañonas películas
donde los guionistas presentaban un uso del lenguaje en un nivel muy exquisito. Fue una época de producciones de películas basadas en Cortes Europeas de siglos anteriores, o en intrigantes diálogos de la guerra fría donde el lenguaje diplomático era de un nivel muy diferente al actual. Y muchos dirán que ya ese protocolo verbal de las comunicaciones interpersonales es cosa del pasado, pero, con todo respeto quiero diferir de quienes así piensan, y presentar un conjunto de reflexiones en las que me apoyo; y que además, hacen URGENTE un cambio en el proceder público de muchos personeros de la vida pública que están creando modelos comunicacionales criticables.
