Cuando se habla de la necesidad de dar respuestas asertivas, en pro de un vivir más civilizado y más armonioso, no puede excluíse el punto de vista ético, por la sencilla razón de que la ética es uno de los valores que da sólido fundamento a la construcción de una sociedad de valores, por tanto estará inexorablemente presente en cualquier idea, acción o palabra que de alguna forma afecte la realidad cotidiana. En la interelación interpersonal, muy concretamente, va a estar referido al respeto y tolerancia de las ideas, que debe ser el ingrediente más importante en la mecánica que concibe cualquier enésima respuesta, o en la forma cómo afrontamos el duelo verbal con nuestro interlocutor, en el cual por cierto, nos podemos ver envueltos, incluso de manera involuntaria, cuando por razones no previstas ni deseadas, alguien o nos agrede o nos lleva de alguna forma a participar en su personal duelo verbal. 
La ética interrelación entre dos o más individuos, se ciñe en primera instancia a deberes y derechos, tácitamente aceptados, que de lo contrario, nos devolvería a un escenario de negociación muy semejante al que caracterizó la praxis comunicacional salvaje de la época de piedra, donde los cavernícolas únicamente aceptaban como código, la Ley del más fuerte, por obvias razones básicas de supervivencia. Esa Ley primitiva, cesa su predominio, por ese acuerdo tácito de respeto a un código ético de deberes y derechos, derivado no por obra y gracia de la bondad humana, sino por un sangriento devenir histórico de conquista de derechos, y que por no extenderme en ellos, sólo referiré que el atinente a la comunicación humana, está vinculado al "respeto a la dignidad del otro". Ese respeto, es el que te inscribe en el rezo de la tolerancia como código comunicacional, donde el concepto de supervivencia se reenfoca, se reorienta, a la dignidad.Mi disertación anterior deja ver la estructuración de términos muy enfáticos, porque la dignidad humana, es enfáticamente incuestionable. ¡Obvio!, dirá el lector. Pero sucede que parece operar un retroceso en materia comunicacional, y al más alto nivel de las sociedades modernas, cuando sus máximos y más importantes operadores políticos (presidentes, embajadores, etc), 
creyendo hacerse más valientes o más sinceros (siendo el trasfondo, puro deseo mediático de figuración), recurren al empleo de un lenguaje soez, sarcástico, que en términos muy resumidos, lo que mejor evidencia, es un triste irrespeto a la dignidad del otro. Lo criticable de todo esto, es que redunda en un efecto social muy negativo, donde las masas copian ese lenguaje desafiante, ¡cavernicolizante!, que desconoce el debido respeto del otro, y paradójicamente, te exige a gritos el respeto a sus derechos: ¡te doy con el mazo, pero tú no me puedes dar a mí!, sinceramente rompiendo el protocolo verbal, jajaja, es ¡INACEPTABLE!, y precisamente me río, porque la poderosa fuerza de los petrodólares, parece tener una invencible majestad en materia de Comunicación Diplomática. Como dicen en mi país, "río para no llorar", porque qué consecuencias tan nefastas está dejando esa pésima imagen presidencial de algunos mandatarios, ¡que muy, muy, muy, lastimosamente! ocupan las primeras páginas de los más importantes diarios mundiales.
Al leer la prensa, sólo lees insultos descalificadores entre políticos, incluso con tintes amenazantes y violentos. Si estás intercambiando impresiones por Facebook o twitter, no falta quien se crea con la majestad de agredirte verbalmente. Si abres tu correo electrónico, recibes mensajes cuyo contenido semántico, es tan pobre, que ni a los monos les sería de alguna utilidad racional. Si recibes mensajes de texto en tu celular, además de la decadente ortografía, te impactas por mensajes descalificatorios a figuras del gobierno o de oposición, además de aquellos infaltables mensajes, de doble sentido sexual. Esto no es fortuito. Esto no es culpa de la educación primaria, o de tus padres.
Es culpa de un reciente y largo proceso político que ha impuesto un lenguaje semánticamente pobre, al nivel no sólo de sus personeros políticos y diplomáticos, sino incluso en el verbo mismo de los maestros y educadores de cualquier nivel, que se expresan con una copia al carbón de tan pobre discurso. Es que al oír hablar a Rectores universitarios, o Ministros de Educación, incluso Presidentes y profesionales del periodismo, con un discurso tan pobre, lo que me provoca es: "mandarles a leer Enésima Respuesta", a ver si copian algo mejor en materia expresiva. ¡Que triste estarán Don Andrés Bello o Don Rafael Maria Baralt, o el mismo Don Andrés Eloy Blanco, por tan cuestionables figuras del acontecer político actual!. En respeto y admiración a ellos, titulé este post "desafío anónimo vs la palabra imperial".
Para quitar preocupación en cuerpos de seguridad del Estado, no se trata de ninguna intentona golpista. Ni guarimba. Ni salto de talanquera. Ni conducta pitiyanqui. Ja,ja,ja, no tengo esas metas de acción, porque mi leitmotiv es la escritura. Aclaro: lo de anónimo, es porque el escritor de este blog, "sólo es conocido por su mamá". Lo de desafío, es porque ya basta de tanta asquerosa proliferación de "ideas basura", que se editan en blogs, diarios, programas de tv o radio, etc, y lo de ideas basura, no es despectivo, es semáticamente cierto, porque todo aquello que no te deja absolutamente nada, va directo al cesto de la basura. Si algún recuerdo merecerían esas ideas, sería como ejemplo del mal uso del lenguaje, que lo conduce a la decadencia, y que aspiraría, que pudiera ser superado, aunque creo que miles de desafiantes anónimos tendrían que sumar su voz, para hacer frente al poder de los petrodólares comunicacionales. Es una tarea muy ardua enfrentar al poder de la palabra imperial, la cual disertaré subsiguientemente.
Antes de seguir y para no herir sensibilidades, aclaremos que: Ideas basura son las que recurren a la descalificación del otro. Las que hacen acusaciones públicas sin prueba alguna. Las que sólo conocen la amenaza o el sarcasmo, como motores para expresar ideas, que arrinconan toda posibilidad de conciliación. Las usadas para defender la majestad del ofensor público, y que niega el derecho a retaliación. Ideas basura son la expresión de la intolerancia actual, porque hay irrespeto a la dignidad de tu contrincante. Ahondemos esta parte del post, porque lo de desafío, dejémoslo al campo de la interpretación literaria, hechas ya, las aclaratorias de que este post está al margen de la contienda política, que no es mi campo preferido.
La belleza de las personas está en la belleza de las diferencias, las cuales se expresan en ideas y palabras, que de alguna forma son constructoras de la realidad cotidiana. Cuando compartes con tantas personas, tan diferentes a tí, sientes regocijo, porque te alimentas de puntos de vista diferentes e instructivos. Pero cuando se impone el Reinado de la Palabra Imperial, esa belleza espontánea de la comunicación, se acaba. Figurativamente, puedes entenderlo como la palabra dictatorial o la palabra Omnipotente (lo que quiero referir, es que es la UNICA palabra a ser tomada como válida y aceptada), que es la que no acepta punto de vista diferente alguno, destruyéndolo, pulverizándolo, con despiadado e irreflexivo ataque verbal.
Por cierto, que yo sepa, la única palabra Omnipotente es la que proviene de Dios. Entonces, aquellos que usan la omnipotente palabra imperial, no es que sean dioses, pero se ven a sí mismos, como dioses de la palabra, es decir, como "los dueños de la verdad", que es el atributo de la verdad esencial: el provenir de Dios. Aclaro: la única verdad verdadera, incuestionable, es la de Dios. Pero los dioses de la verdad imperial quieren compartir ese privilegio.
El que se cree dios y dueño de la verdad, se cree con el derecho a decir lo que se le antoje, sin mediar ni aceptar consecuencias, y se "enoja imperialmente" a cualquier contrariedad a sus edictos. Ese tipo de personaje, no le interesan las enésimas respuestas (respuestas de bolsillo, conciliadoras y propiciadoras del diálogo), porque la única respuesta válida es la suya, por eso hablé de la Palabra Imperial. Rápida y necesaria aclaratoria: los emperadores romanos, se creían la encarnación de los dioses paganos de esa época, lo cual les hacía creer, que su palabra era única e incuestionablemente definitiva, por eso la expresión figurativa de "palabra imperial". Con "rojo rojito enojo" era asumido por el emperador romano todo desafío a su pensamiento y palabra.
El emperador romano decidía quien vivía o quien moría, decisión proveniente del desacato a su autoridad, o a los delirios de sus esquizofrenias. La palabra imperial, se convierte entonces en una orden, salvaje e inobjetablemente aceptada por todos. Por eso la palabra imperial, es esencialmente, un desconocimiento al derecho libre de la palabra y del pensamiento; pero, sentemos antecedente: Nadie tiene, ni puede autoatribuírse, el derecho imperial de la palabra, y permitirlo, es hacernos subhumanos, infravalorados, mercaderes de la dignidad.
Hablando de Derecho, recordemos que el derecho es bidireccional. Es decir si tomas el derecho de ofender al otro, debes asumir el derecho ajeno a replicarte: eso es dignidad. Y es indigna la descalificación.
Sucede que la descalificación es pretender ejercer el derecho imperial de las palabras. Recordemos que el emperador romano hablaba a su libre antojo, por eso, la palabra descalificadora es la versión comunicacional de la palabra imperial... es pretender ofender al otro, ignorando no sólo los atributos del otro, sino también desconociendo su humano derecho a réplica. Esto éticamente, se interpreta como INTOLERANCIA, y la misma niega toda posibilidad de entendimiento, porque mata los "puntos comunes" (el único punto común del intolerante es el suyo), y en consecuencia mata las posibilidades de acuerdos.
El primer mandatario de cualquier país debe tener la suficiente visión de estadista, al momento de presentar sus proyectos. Porque está expuesto a ser visto por un ojo crítico y reflexivo, que algunas veces la forma más sana de expresarle un mensaje que invite a la rectificación, sería el mismísimo humor. En http://www.humor12.com/, se expone una caricatura muy pintoresca, de entre varias figuras de actualidad, y acá les ofrezco la del mandatario venezolano, a propósito de la forma cómo debe llevar a la palestra del sano debate, lo referente a su visión de cambio.
La palabra imperial se basa en el derecho imperial. En la época romana, basado en el poder político-militar. En la actualidad, basado en el poder de los petrodólares, que compran conciencias, de políticos, militares, magistrados, eclesiásticos, etc. Por eso dije más atrás, que es una tarea muy ardua enfrentar a la palabra imperial. Pero, lo que pasa por alto la palabra imperial, es que jamás podrá callar, indefinidamente, a la poderosa luz de la verdad.
El que se cree encarnar el derecho imperial de la palabra, lo caracteriza una personalidad omnipotente, ególatra, insensible, inmaduro, envidioso, ignorante, y quizás cuánto otro atributo más proveniente de una personalidad enferma, de poder y adulación. En la introducción hablé de la necesidad del punto de vista ético, como necesario en la mecánica de toda respuesta: pero la ética es subastada al mejor postor, cuando el Reinado de los Emperadores de la palabra, impone su aplastante poder. Pero precisamente, por anti-ético, hay que rechazar toda persona, o toda manifestación, que quiera convertirse en palabra imperial, o que sea transmisora del virus de "ideas basura" (ya explicadas). La tolerancia es asfixiada por la arrogancia de la palabra imperial, enturbiando la transparencia de las relaciones humanas.
Cansados quedaron con tan larga disertación, como muchos estamos ya , HASTIADOS, del apabullante abuso de la palabra imperial, que conduce a muchos libre pensadores anónimos, a desafiar su grosero poder, y no con el garrote primitivo-cavernícola del golpismo, sino con la antorcha incandescente de la verdad, a ella, ¡loas y hurras!. La verdad, en algún momento, rompe la cadena que quiere esclavizarla y humillarla.
Este artículo se complementa, con otro artículo que publiqué en http://www.practicandounmejorvivir.blogspot.com/, titulado: "TOLERANCIA Y RESPETO... ¡A LOS LEONES!" y cuya lectura recomiendo, a quien le haya interesado este enfoque.
creyendo hacerse más valientes o más sinceros (siendo el trasfondo, puro deseo mediático de figuración), recurren al empleo de un lenguaje soez, sarcástico, que en términos muy resumidos, lo que mejor evidencia, es un triste irrespeto a la dignidad del otro. Lo criticable de todo esto, es que redunda en un efecto social muy negativo, donde las masas copian ese lenguaje desafiante, ¡cavernicolizante!, que desconoce el debido respeto del otro, y paradójicamente, te exige a gritos el respeto a sus derechos: ¡te doy con el mazo, pero tú no me puedes dar a mí!, sinceramente rompiendo el protocolo verbal, jajaja, es ¡INACEPTABLE!, y precisamente me río, porque la poderosa fuerza de los petrodólares, parece tener una invencible majestad en materia de Comunicación Diplomática. Como dicen en mi país, "río para no llorar", porque qué consecuencias tan nefastas está dejando esa pésima imagen presidencial de algunos mandatarios, ¡que muy, muy, muy, lastimosamente! ocupan las primeras páginas de los más importantes diarios mundiales.Al leer la prensa, sólo lees insultos descalificadores entre políticos, incluso con tintes amenazantes y violentos. Si estás intercambiando impresiones por Facebook o twitter, no falta quien se crea con la majestad de agredirte verbalmente. Si abres tu correo electrónico, recibes mensajes cuyo contenido semántico, es tan pobre, que ni a los monos les sería de alguna utilidad racional. Si recibes mensajes de texto en tu celular, además de la decadente ortografía, te impactas por mensajes descalificatorios a figuras del gobierno o de oposición, además de aquellos infaltables mensajes, de doble sentido sexual. Esto no es fortuito. Esto no es culpa de la educación primaria, o de tus padres.
Es culpa de un reciente y largo proceso político que ha impuesto un lenguaje semánticamente pobre, al nivel no sólo de sus personeros políticos y diplomáticos, sino incluso en el verbo mismo de los maestros y educadores de cualquier nivel, que se expresan con una copia al carbón de tan pobre discurso. Es que al oír hablar a Rectores universitarios, o Ministros de Educación, incluso Presidentes y profesionales del periodismo, con un discurso tan pobre, lo que me provoca es: "mandarles a leer Enésima Respuesta", a ver si copian algo mejor en materia expresiva. ¡Que triste estarán Don Andrés Bello o Don Rafael Maria Baralt, o el mismo Don Andrés Eloy Blanco, por tan cuestionables figuras del acontecer político actual!. En respeto y admiración a ellos, titulé este post "desafío anónimo vs la palabra imperial".Para quitar preocupación en cuerpos de seguridad del Estado, no se trata de ninguna intentona golpista. Ni guarimba. Ni salto de talanquera. Ni conducta pitiyanqui. Ja,ja,ja, no tengo esas metas de acción, porque mi leitmotiv es la escritura. Aclaro: lo de anónimo, es porque el escritor de este blog, "sólo es conocido por su mamá". Lo de desafío, es porque ya basta de tanta asquerosa proliferación de "ideas basura", que se editan en blogs, diarios, programas de tv o radio, etc, y lo de ideas basura, no es despectivo, es semáticamente cierto, porque todo aquello que no te deja absolutamente nada, va directo al cesto de la basura. Si algún recuerdo merecerían esas ideas, sería como ejemplo del mal uso del lenguaje, que lo conduce a la decadencia, y que aspiraría, que pudiera ser superado, aunque creo que miles de desafiantes anónimos tendrían que sumar su voz, para hacer frente al poder de los petrodólares comunicacionales. Es una tarea muy ardua enfrentar al poder de la palabra imperial, la cual disertaré subsiguientemente.
Antes de seguir y para no herir sensibilidades, aclaremos que: Ideas basura son las que recurren a la descalificación del otro. Las que hacen acusaciones públicas sin prueba alguna. Las que sólo conocen la amenaza o el sarcasmo, como motores para expresar ideas, que arrinconan toda posibilidad de conciliación. Las usadas para defender la majestad del ofensor público, y que niega el derecho a retaliación. Ideas basura son la expresión de la intolerancia actual, porque hay irrespeto a la dignidad de tu contrincante. Ahondemos esta parte del post, porque lo de desafío, dejémoslo al campo de la interpretación literaria, hechas ya, las aclaratorias de que este post está al margen de la contienda política, que no es mi campo preferido.
La belleza de las personas está en la belleza de las diferencias, las cuales se expresan en ideas y palabras, que de alguna forma son constructoras de la realidad cotidiana. Cuando compartes con tantas personas, tan diferentes a tí, sientes regocijo, porque te alimentas de puntos de vista diferentes e instructivos. Pero cuando se impone el Reinado de la Palabra Imperial, esa belleza espontánea de la comunicación, se acaba. Figurativamente, puedes entenderlo como la palabra dictatorial o la palabra Omnipotente (lo que quiero referir, es que es la UNICA palabra a ser tomada como válida y aceptada), que es la que no acepta punto de vista diferente alguno, destruyéndolo, pulverizándolo, con despiadado e irreflexivo ataque verbal.Por cierto, que yo sepa, la única palabra Omnipotente es la que proviene de Dios. Entonces, aquellos que usan la omnipotente palabra imperial, no es que sean dioses, pero se ven a sí mismos, como dioses de la palabra, es decir, como "los dueños de la verdad", que es el atributo de la verdad esencial: el provenir de Dios. Aclaro: la única verdad verdadera, incuestionable, es la de Dios. Pero los dioses de la verdad imperial quieren compartir ese privilegio.
El que se cree dios y dueño de la verdad, se cree con el derecho a decir lo que se le antoje, sin mediar ni aceptar consecuencias, y se "enoja imperialmente" a cualquier contrariedad a sus edictos. Ese tipo de personaje, no le interesan las enésimas respuestas (respuestas de bolsillo, conciliadoras y propiciadoras del diálogo), porque la única respuesta válida es la suya, por eso hablé de la Palabra Imperial. Rápida y necesaria aclaratoria: los emperadores romanos, se creían la encarnación de los dioses paganos de esa época, lo cual les hacía creer, que su palabra era única e incuestionablemente definitiva, por eso la expresión figurativa de "palabra imperial". Con "rojo rojito enojo" era asumido por el emperador romano todo desafío a su pensamiento y palabra.El emperador romano decidía quien vivía o quien moría, decisión proveniente del desacato a su autoridad, o a los delirios de sus esquizofrenias. La palabra imperial, se convierte entonces en una orden, salvaje e inobjetablemente aceptada por todos. Por eso la palabra imperial, es esencialmente, un desconocimiento al derecho libre de la palabra y del pensamiento; pero, sentemos antecedente: Nadie tiene, ni puede autoatribuírse, el derecho imperial de la palabra, y permitirlo, es hacernos subhumanos, infravalorados, mercaderes de la dignidad.
Hablando de Derecho, recordemos que el derecho es bidireccional. Es decir si tomas el derecho de ofender al otro, debes asumir el derecho ajeno a replicarte: eso es dignidad. Y es indigna la descalificación.
Sucede que la descalificación es pretender ejercer el derecho imperial de las palabras. Recordemos que el emperador romano hablaba a su libre antojo, por eso, la palabra descalificadora es la versión comunicacional de la palabra imperial... es pretender ofender al otro, ignorando no sólo los atributos del otro, sino también desconociendo su humano derecho a réplica. Esto éticamente, se interpreta como INTOLERANCIA, y la misma niega toda posibilidad de entendimiento, porque mata los "puntos comunes" (el único punto común del intolerante es el suyo), y en consecuencia mata las posibilidades de acuerdos.
El primer mandatario de cualquier país debe tener la suficiente visión de estadista, al momento de presentar sus proyectos. Porque está expuesto a ser visto por un ojo crítico y reflexivo, que algunas veces la forma más sana de expresarle un mensaje que invite a la rectificación, sería el mismísimo humor. En http://www.humor12.com/, se expone una caricatura muy pintoresca, de entre varias figuras de actualidad, y acá les ofrezco la del mandatario venezolano, a propósito de la forma cómo debe llevar a la palestra del sano debate, lo referente a su visión de cambio.
La palabra imperial se basa en el derecho imperial. En la época romana, basado en el poder político-militar. En la actualidad, basado en el poder de los petrodólares, que compran conciencias, de políticos, militares, magistrados, eclesiásticos, etc. Por eso dije más atrás, que es una tarea muy ardua enfrentar a la palabra imperial. Pero, lo que pasa por alto la palabra imperial, es que jamás podrá callar, indefinidamente, a la poderosa luz de la verdad.
El que se cree encarnar el derecho imperial de la palabra, lo caracteriza una personalidad omnipotente, ególatra, insensible, inmaduro, envidioso, ignorante, y quizás cuánto otro atributo más proveniente de una personalidad enferma, de poder y adulación. En la introducción hablé de la necesidad del punto de vista ético, como necesario en la mecánica de toda respuesta: pero la ética es subastada al mejor postor, cuando el Reinado de los Emperadores de la palabra, impone su aplastante poder. Pero precisamente, por anti-ético, hay que rechazar toda persona, o toda manifestación, que quiera convertirse en palabra imperial, o que sea transmisora del virus de "ideas basura" (ya explicadas). La tolerancia es asfixiada por la arrogancia de la palabra imperial, enturbiando la transparencia de las relaciones humanas.
Cansados quedaron con tan larga disertación, como muchos estamos ya , HASTIADOS, del apabullante abuso de la palabra imperial, que conduce a muchos libre pensadores anónimos, a desafiar su grosero poder, y no con el garrote primitivo-cavernícola del golpismo, sino con la antorcha incandescente de la verdad, a ella, ¡loas y hurras!. La verdad, en algún momento, rompe la cadena que quiere esclavizarla y humillarla.Este artículo se complementa, con otro artículo que publiqué en http://www.practicandounmejorvivir.blogspot.com/, titulado: "TOLERANCIA Y RESPETO... ¡A LOS LEONES!" y cuya lectura recomiendo, a quien le haya interesado este enfoque.
