Nadie está exento a verse envuelto en una situación, donde con sus palabras o hechos, ocasione algún disgusto o inconformidad a otra persona, que puede ser un amigo, un familiar, un vecino, un compañero de trabajo, etc,
Esta situación da origen al análisis de la primera respuesta, con la que iniciamos este blog, y la metodología aplicada espero les lleve a los mejores resultados. Pero, sigamos con el análisis introductorio.La situación antes aludida, puede incluso suscitarse de manera involuntaria y hasta casual. Ocurre cuando decimos algo, que previamente carecíamos de la información sobre lo que afecta al otro.
Propongo esta respuesta modelo:
"... DISCULPA MI REACCIÓN. EN GENERAL NO SUELO COMPORTARME ASÍ. TE GARANTIZO QUE NO VOLVERÁ A OCURRIR".
El modelo de respuesta sugerido, tiene tres elementos muy interesantes para aliviar una situación tensa:
_1. Hay un gesto de humildad, de reconocer la falta, al expresar disculpas.
_2. Pone en claro, que el sujeto al reconocer que actuó de una forma inapropiada, lo hizo apartándose de su conducta habitual, por motivos extremos, pero, espera que no quede estereotipado por esa conducta.
_3. La mejor prueba de que hay un malestar, de que se siente arrepentido por la falta, es expresar y asumir el compromiso de que no volverá a ocurrir.
Conclusión. Siempre es importante tener una respuesta apropiada para aliviar el malestar que pudimos originar en otros por cualquier causa que devino en un roce.
Ahora, analicemos el caso adverso. Es cuando, empeoramos la situación al no medir nuestras palabras; como lo ilustran los siguientes ejemplos de respuestas inapropiadas:
_1. "YO SOY ASÍ, Y TÚ VERÁS COMO LO ASUMES". Por cierto, esta es una respuesta muy común, y como se ve, no es la mejor.
_2. "LAMENTO QUE NO TENGAS CAPACIDAD PARA ENTENDER MI PERSONALIDAD".
_3. "TÚ TIENES TU FORMA DE SER, Y YO LA MÍA. ALLÁ TÚ".
Lo impropio de estas respuestas, es que reflejan indiferencia hacia lo que sienta el otro. Es la soberbia de no querer reconocer que podemos estar equivocados, o que aún teniendo la razón, la otra persona esper
a una actitud de mayor respeto y consideración. El enojo algunas veces es tal, que hay quienes recurren a llamar al teléfono de domicilio de la persona que lo ofendió, para descargar la ira o inconformidad, lo cual con una respuesta adecuada se pudo haber evitado 
